En Glorick apostamos por la mejor opción, pero es un buen ejercicio reflexionar por escrito sobre todas las opciones que tenemos a nuestro alcance para aprender un nuevo idioma. Dado que somos un proveedor B2B, en que hay factores que no tienen relevancia para el cliente particular, veremos argumentos que aplican más a la lógica de RRHH. Para ilustrar las ventajas y inconvenientes de cada opción, lo explicaré recuperando el símil con el gimnasio.
1. La vía 100% autónoma
Muchas empresas han adoptado una política de dar todas las opciones formativas posibles con total libertad, lo que se extiende a los idiomas también. Hay por eso empresas de nuestro sector que ofrecen plataformas online con cursos de todo tipo, así como apps dedicadas solamente a la enseñanza de idiomas, en que la premisa fundamental es que el usuario es totalmente independiente y autosuficiente, sin ayuda humana. El alumno puede aprender siempre que quiera, solo tiene que conectarse y hacer las actividades presentadas, en que la presencia de formadores es siempre asíncrona. Es la opción más económica y la más fácil de activar, sin duda alguna.
Símil con el gimnasio: tu empresa te paga la matrícula pero solo tienes acceso a la sala de máquinas. Como mucho, puede que el técnico de sala te explique cómo funciona una de ellas pero no tendrá tiempo para más, y si no entiendes algo tendrás que buscarte la vida. Puedes hacer todo el ejercicio que quieras pero lo haces por tu cuenta, aislado del contacto humano. Una mala postura no será corregida y posiblemente acabes desmotivándote, con más posibilidades de que abandones si no tienes una disciplina férrea.
2. La vía grupal
Esta es la modalidad tradicional por excelencia de la enseñanza de idiomas: la empresa tiene un colectivo que quiere/necesita aprender un idioma, así que organiza unas clases en grupo diferenciados por nivel o horario. Aquí sí tenemos ya la participación de un formador profesional que toma el mando de la formación, y los alumnos pueden expresarse ante otros seres humanos. Cuántos más alumnos tiene cada grupo más económica es la formación, pero el precio será siempre superior a la opción anterior. No es habitual que exista acceso a una plataforma online, y cuando existe el resultado no es demasiado positivo: basta que unos la usen y otros no para que sea disruptivo y no pueda ser útil para el proceso formativo.
Símil con el gimnasio: tu empresa contrata un gimnasio para que tengas clases dirigidas con más personas. Sobre el papel es una opción muy buena pero hay una serie de problemas que no son visibles al inicio y esto es un proceso a largo plazo: todas las semanas tienes que ir a clase. Con toda seguridad, los miembros del grupo acabarán padeciendo de: falta de motivación/interés por los temas abordados, falta de disponibilidad en el horario fijado, dificultad en seguir el ritmo de aprendizaje por ser demasiado fácil (se aburre) o difícil (se frustra), falta de confianza en la expresión oral ante otras personas, tiempo reducido para poder exponer dudas, entre otros. Es inevitable que suceda porque sucede en todos los ámbitos de la actividad humana. No sucede en 100% de los casos, pero sí es la norma.
3. La vía personalizada
Una licencia personal que te da acceso a una plataforma de auto-estudio (como en la opción 1) y a clases síncronas e individuales con un formador.
Esta es la mejor opción y es la que ofrecemos en Glorick. Aprender es un acto voluntario, no basta con exponernos al conocimiento para adquirirlo: es por eso que no funciona poner audios de fondo mientras hacemos otra cosa, y menos aún si esa cosa es dormir. Necesitamos estar atentos, interesados, involucrados (esto es lo que limita la opción 1 y parte de la opción 2). Pero ¿porqué tiene que ser individual? Porque un idioma es una herramienta, no es un saber cómo leer sobre las placas tectónicas, el imperio romano o la actualidad económica. Usamos el idioma para expresarnos sobre esos mismos temas, así como recibir nueva información de otras personas: es una herramienta social, nos sirve para comunicarnos con los otros y requiere por eso de algo más: práctica. Cuando estamos en grupo, practicar queda limitado al tiempo que "robamos" a un compañero, y con mucha probabilidad mi grupo ya está padeciendo los males arriba expuestos. Si a eso añadimos que estamos hablando de profesionales con disponibilidad horaria, pero también de energía mental, reducida, queremos asegurarnos que el tiempo empleado es aprovechado al máximo.
Símil con el gimnasio: tu empresa entiende que para lograr resultados tangibles, que pueda medir, que mantengan tu motivación en alta, que se ajuste a tu ritmo y agenda, tiene que contratar un entrenador personal. Es la opción menos económica pero es la que funciona. A la larga, comparando resultados, resulta que es la que te da retorno real a tu inversión.