En el artículo de hoy, me gustaría hablar de algunos falsos mitos relacionados con el aprendizaje de idiomas. A lo largo de mis años de experiencia como profesora, me he encontrado en diferentes ocasiones con algunas ideas preconcebidas que frenaban el aprendizaje de los alumnos y que voy a intentar desmontar a continuación:
1. Para aprender una lengua tienes que vivir en un país donde se hable esa lengua
Esta idea podía tener algo de verdad antes de la llegada de internet y las nuevas tecnologías. Sin embargo, actualmente, solo necesitamos un dispositivo conectado a internet para poder tener acceso a infinitas maneras de estar inmerso en un idioma extranjero. Además de ver películas, escuchar canciones o podcasts o mirar vídeos, también podemos adoptar gestos tan sencillos como configurar la cuenta de redes sociales y de correo en el idioma que queremos aprender, o cambiarlo en el menú del smartphone o ordenador. O, por ejemplo, si nos gusta jugar en línea, podemos probar a hacerlo con jugadores nativos y aprender conversando mientras jugamos. Todo es cuestión de poner el chip en modo “quiero aprender” y las ideas empezarán a fluir de manera natural.
2. Para aprender una lengua tienes que tener un “talento natural”
Falso, mucha gente simplemente habla un idioma porque se dieron las circunstancias en su vida. No es necesario ser un genio ni tener un”don”; hay que estar motivado o simplemente estar obligado por supervivencia.
Es verdad que hay personas que tal vez tienen una habilidad natural para los idiomas, igual que algunas personas tienen más facilidad para los deportes o para la música, pero eso no los convierte en superdotados, y no significa que los demás no lo puedan hacer. De la misma forma, todas las personas pueden aprender idiomas: a algunos les llevará más tiempo y a otros menos, pero el lenguaje es una capacidad natural del ser humano. Es cuestión de práctica, como conducir, cocinar y tantas otras actividades cotidianas. Cuanto más lo hacemos, más fácil resulta. De hecho, está comprobado que el hecho de aprender una lengua nueva facilita el aprendizaje de la siguiente.
3. Puedes aprender una lengua rápidamente y sin esfuerzo
Algunos alumnos se frustran cuando empiezan a aprender una lengua porque piensan que con apuntarse a un curso de idiomas ya es suficiente. Cuando ya han hecho unas clases se sienten decepcionados porque no son capaces de ver su progreso. Pero lo cierto es que para aprender un idioma, aparte de un método y unos contenidos, hay dos ingredientes básicos, además de la práctica: la motivación y la repetición.
Por un lado, la motivación en sí misma ya es de gran ayuda, porque si algo realmente nos interesa nos resulta más fácil retener y asimilar la información. Y, por otro lado, cuando estamos realmente motivados no nos resulta aburrido repetir algo una y otra vez, porque lo disfrutamos.
Para dominar un idioma es necesario repetir y corregir muchas veces, no basta con escuchar y leer lo que hacemos en clase, por ejemplo. Lo que marca la diferencia es repetir y aplicar lo aprendido cada vez que tengamos una oportunidad de practicar. ¡Lo dicho: práctica, práctica y más práctica!
¿Qué opinas de esos mitos? ¿Se te ocurren otros? Comparte tu opinión en los comentarios.
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